En primer lugar, un estudio geotécnico consiste en una serie de sondeos, catas y análisis del terreno.
Por lo tanto el objetivo es obtener información sobre el terreno en el que se va a situar la construcción.
De hecho, la información permite caracterizar el tipo de suelo de la zona estudiada a diferentes profundidades.
De manera similar, se obtiene también la tensión admisible del terreno, la profundidad del nivel freático, etc.
Con todo esto se proyecta la cimentación, el método de excavación, la contención de muros y la búsqueda de soluciones a posibles problemas.